sábado, 9 de junio de 2012

ROMANCES


 El romance como género musical  

Surge en el Renacimiento español y ponen la melodía a los romances poéticos de origen popular. 
Son composiciones para polifonía vocal, con acompañamiento instrumental y el tema es profano. 
Las melodías de los romances son composiciones cortas y suelen repetirse cada cuatro versos a modo de "obstinato". 
Estas melodías suelen componerse de dos frases melódicas, la primera de cadencia suspensiva y la segunda conclusiva. 
También hay romances con fraseo melódico más elaborado y de mayor duranción para lo que se recurre a la repetición de uno o varios versos y así encajar la letra. 
Está compuesto para un poema de versos octosílabos con rima libre los impares y consonante los pares.
La mayoría de los romances conservados se encuentra en el Cancionero de Palacio que consta de cuarenta romances de los cuales seis tratan de la Reconquista de Granada por los Reyes Católicos. 
El compositor más importante de romances musicales es Juan del Encina. Otro género poético y musical relacionado con el romance es el villancico  de la misma época.




 Romancero Viejo 
 Tiene su origen en los antiguos cantares de gesta castellanos, de autor anónimo, no dividido en cuartetas.
Están compuestos en los siglos XIV y XV se han transmitido de forma oral de generación tras generación. 

Romancero Nuevo 
 Es creado por autores cononocidos que quieren continuar con la tradición del romancero antiguo. 
Este se transmite por escrito en colecciones de romances o Cancioneros de romances. Suele estar dividido en pequeñas estrofas o cuartetas de cuatro versos.
Engloba toda la producción de romances entre los siglos XVI y XXI. Compusieron estos romances Cervantes, Lope de Vega, Quevedo, Luis de Góngora,  Miguel de Unamuno, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, la Generación del 27  entre los que destacan los de Federico García Lorca.

EL CONDE OLINOS
ROMANCE NARRATIVO



Madrugaba el Conde Olinos      
mañanita de San Juan
a dar agua a su caballo,
a las orillas del mar.

Mientras el caballo bebe,
se oye un hermoso cantar,
las aves que iban volando,
se paraban a escuchar.

– Bebe, mi caballo, bebe,
Dios te me libre de mal,
de los vientos de la tierra
y de las furias del mar.

Desde las torres más altas
la reina le oyó cantar
- Mira, hija, cómo canta
la sirena de la mar.

- No es la sirenita, madre,
que esa tiene otro cantar,
es la voz del Conde Olinos,
que por mí penando está.

- Si es la voz del Conde Olinos,
yo le mandaré matar,
que para casar contigo,
le falta la sangre real.

- No le mande matar, madre,
no le mande usted matar,
que si mata al Conde Olinos,
a mí la muerte me da.

Guardias mandaba la reina
al Conde Olinos buscar,
que le maten a lanzadas
y echen su cuerpo a la mar.

La infantina con gran pena,
no dejaba de llorar;
él murió a la medianoche,
y ella a los gallos cantar.

A ella como hija de reyes
la entierran en el altar,
y a él como hijo de condes
cuatro pasos más atrás.

De ella nació un rosal blanco,
de él nació un espino albar;
crece el uno, crece el otro,
los dos se van a juntar.

La reina llena de envidia,
ambos los mandó cortar,
el galán que los cortaba,
no dejaba de llorar.

De ella naciera una garza,
de él un fuerte gavilán,
juntos vuelan por el cielo,
juntos se van a posar.

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